Una de las causas que se relacionan con la exclusión e inadaptación de los gitanos es su tendencia a la itinerancia que, sin embargo, los modernos estudios gitanológicos han desmitificado ese punto. La profesora Teresa San Román ha estudiado las diferentes medidas legislativas promulgadas por las autoridades españolas y ha comprobado cómo existió desde el principio una contradicción interna en la lógica de esas disposiciones: "la tendencia a la asimilación durante el s. XVII y la primera mitad del XVIII es creciente, pero se limitaban los lugares donde poder asentarse, se restringen los oficios…". Los legalmente avecindados eran expulsados una y otra vez, y la lógica de sedentarización forzosa/expulsión se sucederá en todos los países y en todas las épocas.
La socióloga María Helena Sánchez recuerda que los castigos hacia la comunidad gitana recaían tradicionalmente sobre las poblaciones sedentarizadas, lo que hacía poco atractivo el asentamiento. Al mismo tiempo, la restricción en el ejercicio de oficios conlleva el ejercicio de profesiones itinerantes y estacionales. El nomadismo, en cierta medida, no es una causa, sino una consecuencia de la persecución y la marginación.
La historia de persecución de los gitanos (Antiziganismo), especialmente en Europa, es casi tan antigua como la de su presencia. La acogida inicial durante el siglo XV fue relativamente buena. Los gitanos fueron recibidos con curiosidad e incluso con respeto. Sin embargo, el desencuentro con las comunidades receptoras era casi total al comenzar el siglo XVI. Para entonces ya habían sido expulsados o perseguidos en casi toda Europa.
El número de leyes, pragmáticas, decretos, reglamentos y medidas de excepción específicas contra los gitanos en todos los lugares donde habitaron y habitan es tal que sería imposible enumerarlas. A título de ejemplo, en el tardío año de 1998 se derogó la última ley que en el estado de Nueva Jersey (Estados Unidos) "contemplaba vigilancia especial sobre la población gitana".
Sin embargo, cabe señalar que la multiplicación de medidas para homogenizar y asimilar la etnia revela continuamente fracasos, fenómeno que algunos estudiosos han denominado como de "resistencia étnica".
Los procesos de centralización estatal en Europa a partir del siglo XVI, estaban fundamentados en una homogeneización cultural, lingüística y religiosa. Los primeros decretos de expulsión y asimilación en España coincidieron con los de la expulsión de los judíos en 1492 y los de persecución o conversión de los musulmanes españoles.
El historiador Raul Hilberg recuerda que la destrucción de los judíos europeos se incrusta en el mismísimo centro del proyecto de la modernidad europea y del modelo de civilización occidental.
Las formas de represión de las autoridades y de la sociedad han sido muy variadas, desde la simple marginación y criminalización hasta la muerte, pasando por la sedentarización forzosa, la deportación y el destierro, el castigo corporal y la mutilación, la esclavitud, los trabajos forzados en galeras, la prisión o reclusión en barrios, ghettos, llamados en España "gitanerías". Para cada modalidad de persecución, las comunidades gitanas de todo el mundo han generado y siguen generando mecanismos y estrategias específicas de supervivencia, ocultamiento, adaptación o huida.
Incluso en el actual diccionario de la RAE se recoge la siguiente acepción coloquial para gitano: "Que estafa u obra con engaño".
Las acusaciones contra los gitanos se repiten de una u otra forma, a lo largo de los siglos. Todo esto venía dado por el no conocimiento de las otras personas. Y los gitanos no hacían mucho por desmentirlo ya que en cierta manera eso le hacía salvaguardarse un poco, ya que aunque los demás por esas leyendas les pudieran temer a ellos, ellos (los gitanos) si que tenían verdaderos motivos para temerle a los demás. Eran tiempos en los que en algunos lugares eran perseguidos, incluso hasta casi querer su exterminio y era lógico que hicieran lo que fuera por tal de sobrevivir.
La socióloga María Helena Sánchez recuerda que los castigos hacia la comunidad gitana recaían tradicionalmente sobre las poblaciones sedentarizadas, lo que hacía poco atractivo el asentamiento. Al mismo tiempo, la restricción en el ejercicio de oficios conlleva el ejercicio de profesiones itinerantes y estacionales. El nomadismo, en cierta medida, no es una causa, sino una consecuencia de la persecución y la marginación.
La historia de persecución de los gitanos (Antiziganismo), especialmente en Europa, es casi tan antigua como la de su presencia. La acogida inicial durante el siglo XV fue relativamente buena. Los gitanos fueron recibidos con curiosidad e incluso con respeto. Sin embargo, el desencuentro con las comunidades receptoras era casi total al comenzar el siglo XVI. Para entonces ya habían sido expulsados o perseguidos en casi toda Europa.
El número de leyes, pragmáticas, decretos, reglamentos y medidas de excepción específicas contra los gitanos en todos los lugares donde habitaron y habitan es tal que sería imposible enumerarlas. A título de ejemplo, en el tardío año de 1998 se derogó la última ley que en el estado de Nueva Jersey (Estados Unidos) "contemplaba vigilancia especial sobre la población gitana".
Sin embargo, cabe señalar que la multiplicación de medidas para homogenizar y asimilar la etnia revela continuamente fracasos, fenómeno que algunos estudiosos han denominado como de "resistencia étnica".
Los procesos de centralización estatal en Europa a partir del siglo XVI, estaban fundamentados en una homogeneización cultural, lingüística y religiosa. Los primeros decretos de expulsión y asimilación en España coincidieron con los de la expulsión de los judíos en 1492 y los de persecución o conversión de los musulmanes españoles.
El historiador Raul Hilberg recuerda que la destrucción de los judíos europeos se incrusta en el mismísimo centro del proyecto de la modernidad europea y del modelo de civilización occidental.
Las formas de represión de las autoridades y de la sociedad han sido muy variadas, desde la simple marginación y criminalización hasta la muerte, pasando por la sedentarización forzosa, la deportación y el destierro, el castigo corporal y la mutilación, la esclavitud, los trabajos forzados en galeras, la prisión o reclusión en barrios, ghettos, llamados en España "gitanerías". Para cada modalidad de persecución, las comunidades gitanas de todo el mundo han generado y siguen generando mecanismos y estrategias específicas de supervivencia, ocultamiento, adaptación o huida.
Incluso en el actual diccionario de la RAE se recoge la siguiente acepción coloquial para gitano: "Que estafa u obra con engaño".
Las acusaciones contra los gitanos se repiten de una u otra forma, a lo largo de los siglos. Todo esto venía dado por el no conocimiento de las otras personas. Y los gitanos no hacían mucho por desmentirlo ya que en cierta manera eso le hacía salvaguardarse un poco, ya que aunque los demás por esas leyendas les pudieran temer a ellos, ellos (los gitanos) si que tenían verdaderos motivos para temerle a los demás. Eran tiempos en los que en algunos lugares eran perseguidos, incluso hasta casi querer su exterminio y era lógico que hicieran lo que fuera por tal de sobrevivir.